En los manuscritos griegos más antiguos que se conocen, el título de esta epístola es sencillamente Pros Títon ("A Tito"). Como el texto autógrafo era una carta personal de Pablo, sin duda no tenía título.
2. Autor.
Como sucede con las otras epístolas pastorales, los eruditos modernos con frecuencia ponen en duda que Pablo fuera su autor (cap. l: l), objeción que este Comentario no comparte. En cuanto a los problemas implicados ver Introducción a 1 Timoteo. Acerca del tiempo y de las circunstancias cuando se escribió, ver t. VI, p. 110.
3. Marco histórico.
Esta epístola fue dirigida a Tito cuando como ministro atendía a los cristianos de Creta. Esta gran isla del Mediterráneo tiene unos 260 km. de largo y entre 10 y 57 km. de ancho. Su superficie total es de 8.618 km. cuadrados. La estrecha aunque fértil planicie de la costa en el lado norte se eleva rápidamente formando una cadena costera, detrás de la cual se levanta una
cadena mas alta, y detrás de ella hay una tercera. La montaña más elevada de la isla es el monte Psiloriti (su altura es de 2.430 m). Este es el antiguo monte Ida, donde de acuerdo con una antigua leyenda griega nació el dios pagano Zeus.
Creta fue el centro de una civilización -la minoica- que rivalizó con las de Mesopotamia y Egipto. Se decía que el semilegendario rey Minos guardaba en un intrincado laberinto a un toro monstruo que devoraba a los jóvenes griegos cautivos. Este mito del Minotauro podría ser la explicación de las laberínticas ruinas del palacio minoico en Cnosos, y también de las figuras de jóvenes acróbatas saltando peligrosamente sobre toros apoyándose sobre los cuernos. La Creta minoica tuvo una poderosa flota y un vasto imperio marítimo antes de 1.400 a. C., y una civilización altamente sofisticado (arte refinado y tres sistemas de escritura) cuyo centro estaba en Micenas, y que se extendió hasta el sur de Grecia. Su comercio con Egipto y Siria, conocido ahora por los artefactos que fabricaba, hizo de Creta una vía de comunicación entre el este y Europa. Los filisteos emigraron de Creta a Palestina (ver t. 11, pp. 35-36; t. 111, p. 135).
Creta fue finalmente colonizada por los griegos y jugó un papel importante durante 368 algunas de las épocas más gloriosas de la historia helenística. En los primeros años del cristianismo los cretenses eran famosos por su deshonestidad y por no ser dignos de confianza (cf. Tito l: 12). Parece que la isla fue escondite de piratas en el siglo 1 a. C.; pero esos piratas fueron subyugados, y en el año 67 a. C. Creta fue conquistada por el Imperio Romano; sin embargo, los cretenses continuaron sirviendo como mercenarios en ejércitos extranjeros.
De Tito se sabe poco. Las referencias personales en la epístola son fragmentarias y no es mencionado en los Hechos. La primera alusión aparece en Gál. 2:1-3, donde Pablo dice que Tito fue con él desde Antioquía al concilio de Jerusalén. Como era un converso incircunciso procedente del paganismo, Tito se convirtió en un caso problemático debido a la polémica sobre la circuncisión de los gentiles. Después de cierto tiempo representó a Pablo en Corinto (2 Cor. 8:16-17; 12:17-18), en donde tuvo éxito al ocuparse de las dificultades expuestas con tanta franqueza (2 Con 2; 7). También organizó colectas para los santos de Jerusalén (2 Cor. 8:6- 1 O). Pablo lo consideraba come un colaborador leal y un soldado de la cruz digno de confianza (2 Cor. 12:18), y se refiere a él como a "hermano", "compañero y colaborador" (2 Cor. 2:13; 8:23). En esta epístola llama a Tito "verdadero hijo en la... fe" (cap. 1:4). En la última mención que se hace de Tito se dice que fue a Dalmacia, parte de la moderna Yugoslavia (2 Tim. 4: 1 O). Eusebio, el historiador eclesiástico del siglo 1 V, se refiere a Tito como obispo de la isla de Creta (Eusebio, Historia eclesiástica iii. 4).
4. Tema.
Fuera del hecho de que Pablo había dejado a Tito en la isla de Creta (Tito 1:5), no se pueden reconstruir las circunstancias exactas en que fue escrita esta epístola. Parece que Pablo había estado viajando en compañía de Zenas, Apolos, Artemas y Tíquico (cap. 3:12-15). Zenas y Apolos evidentemente estaban por comenzar un viaje que los haría pasar por Creta, y por eso Pablo les pidió que le llevaran esta epístola a Tito, quien debía reunirse con Pablo en Nicópolis durante el invierno. Se cree que la Epístola a Tito fue escrita entre el primer encarcelamiento de Pablo en Roma y el segundo, alrededor del año 65 d. C. (ver t. VI p. 1 10).
Según la epístola parece que había grupos de cristianos en varios lugares de Creta; sin embargo, la organización general de la iglesia era incompleta, y se estaban fomentando dificultades debido a los falsos maestros, que tal vez eran judíos semiconvertidos. Esos falsos maestros ponían gran énfasis en los mitos, las genealogías y la ley. Se ocupaban de argumentos inútiles y malgastaban mucho tiempo y mucha energía, tanto de ellos como de otros miembros de iglesia. A Tito le correspondía arreglar esos asuntos, y Pablo le envió consejos y leinfundió ánimo. Pablo se ocupa en esta carta especialmente en dar consejos a Tito para ayudarlo a encaminar a los recién convertido, cristianos de Creta por la senda de la verdadera fe y la debida conducta. Por esta razón la epístola es sumamente práctica. Pablo da consejos en cuanto a una organización eclesiástica más cabal y completa, y aconseja a Tito en cuanto a las cualidades que deben tener los ancianos de la iglesia. Le recuerda la reputación que tenían los cretenses de ser mentirosos y haraganes, y parece indicar que los cristianos de Creta habían sido perturbados por legalistas judaicos. Pablo destaca especialmente que el énfasis en la impureza ceremonial, con el tiempo, tiende a hacer que la conciencia se torne impura. Cuando la mente se halla absorta en detalles religiosos, con demasiada frecuencia las cuestiones verdaderamente importantes de moralidad e integridad son puestas a un lado y la religión se deteriora, convirtiéndose en pura forma y teoría.
El gran énfasis de Pablo consiste en que los cristianos cretenses debían ser sobrios, castos y plenamente correctos en toda su manera de vivir. Los esclavos -como sin duda muchos de ellos lo eran debían ser obedientes y honrados. Cualquiera 369 que fuera la posición social de una persona, su vida debía ser ejemplar.
Como conclusión de su carta, Pablo le recuerda a Tito, y mediante èl a los cretences, que la bondad de Dios hacia el hombre no se gana mediante buenas obras, sino que es la dádiva de la misericordia divina por medio de Jesucristo.
Pablo conocía bien la herencia pagana de esos hermanos cretenses y la confusión mental producida por los maestros judaizantes; por eso pudo tratar específicamente sus problemas. Su consejo es claro y directo. Comprendía a los suyos y los esquemas básicos de su comportamiento. En su carta es preciso e incisivo, cualidades que los predicadores de hoy día bien deberían tratar de imitar.