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EL CORONAVIRUS, UN ACONTECIMIENTO SIN PRECENDENTES, FUE VISTO POR ISAIAS HACE 2700 AÑ0S
Esta clara señal enviada por Dios anuncia la proximidad y cumplimiento de acontecimientos de la mayor gravedad
Todos sabemos que algo formidable y de dimensiones cataclísmicas está a punto de suceder. Esto es innegable. Solamente un necio podría no darse cuenta.
Isaías vio este día hace 2700 años. Quiero invitar a todos a leer este poderoso pasaje de Isaías 24, y luego considerar un breve comentario acerca de él:
“He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores. Y sucederá así como al pueblo, también al sacerdote; como al siervo, así a su amo; como a la criada, a su ama; como al que compra, al que vende; como al que presta, al que toma prestado; como al que da a logro, así al que lo recibe. La tierra será enteramente vaciada, y completamente saqueada; porque Jehová ha pronunciado esta palabra. Se destruyó, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra. Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres. Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón. Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa. No beberán vino con cantar; la sidra les será amarga a los que la bebieren. Quebrantada está la ciudad por la vanidad; toda casa se ha cerrado, para que no entre nadie. Hay clamores por falta de vino en las calles; todo gozo se oscureció, se desterró la alegría de la tierra. La ciudad quedó desolada, y con ruina fue derribada la puerta. Porque así será en medio de la tierra, en medio de los pueblos, como olivo sacudido, como rebuscos después de la vendimia.” – Isaías 24:1-13
BREVE COMENTARIO ACERCA DE CADA PORCIÓN DE ESTA PROFECÍA:
He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, . . . - la tierra se presenta ante Dios en toda la vergüenza de su desnudez y la de sus moradores, su naturaleza pecaminosa e inmunda. Llenos de pecado, no están cubiertos del manto de santidad de Cristo.
. . . y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores. – la gente está huyendo de un lado a otro, cada uno escapando de lugares infectados y buscando refugio entre su familia o en lugares seguros. Solamente Estados Unidos tuvo un éxodo masivo de norteamericanos llegando de todas partes del mundo en sólo tres después del anuncio del presidente de cerrar el acceso de Europa.
Y sucederá así como al pueblo, también al sacerdote; . . - Aquí la maldición está declarada tanto para creyentes en doctrinas de demonios (1 Timoteo 4:1) como para sus falsos profetas y líderes religiosos.
. . .como al siervo, así a su amo; como a la criada, a su ama; como al que compra, al que vende; como al que presta, al que toma prestado; como al que da a logro, así al que lo recibe. - Esta pandemia de coronavirus está afectando a TODA la población mundial de 7,570 millones de personas, ricos y pobres, poderosos y humildes, nadie ha quedado exento. La peste bubónica, también conocida como “peste negra”, se estima que entre 1347 y 1351 mató de 75 a 200 millones de personas en Europa y Asia, un tercio de la población mundial de aquel entonces. El Coronavirus hasta hoy ha causado 13,671 muertes, comparativamente, un número insignificante. Sin embargo, tengamos en cuenta que la “muerte negra” produjo esta devastación en 4 a 5 años, en un mundo donde el contagio de la enfermedad lo más rápido que avanzaba de ciudad en ciudad era la velocidad del hombre en carro o a caballo. Hoy esta pandemia se ha extendido a prácticamente todos los países del mundo en apenas semanas por la capacidad de transportación masiva de país en país en cuestión de horas, contagiando a los pasajeros y con ellos transportando el virus a cada rincón de la tierra.
La tierra será enteramente vaciada, y completamente saqueada; . . . – Los alimentos, los productos de higiene y aún las medicinas son cada día más difíciles de hallar; la tierra no produce y lo que hay en las grandes bodegas está siendo consumido y agotado
. . .porque Jehová ha pronunciado esta palabra. – Dios lo ha dicho, esta es su voluntad y su designio. Esta plaga, aunque haya sido provocada por Satanás al tentar a personas a comer los animales más repugnantes y declarados inmundos, como lo es el murciélago, ha sido permitida por Dios como parte de su plan maestro de salvación.
Se destruyó, cayó la tierra; . . . – La economía está sucumbiendo rápidamente y en números récord en todo el planeta.
. . . enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra. Nota como habla de enfermedad, “enfermaron los altos pueblos de la tierra”, es decir, aún en los países más poderosos, adelantados y soberbios, como China, Estados Unidos y Europa.
Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; . . . – La contaminación bajo los moradores de la tierra es tanto por la contaminación del virus y el destrozo de nuestro medio ambiente, como también lo es en el mundo moral y espiritual. Todo está contaminado.
. . . porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. – La causa de esta contaminación y este juicio de Dios, no es otra cosa que el resultado de la terrible ola de transgresión descarada de la Ley de Dios: El robo, la mentira, el engaño, la falsedad, el abuso, la idolatría, el adulterio y la fornicación más depravados, el pisoteo constante y atrevido del santo día sábado de adoración a Dios, la terrible deshonra a los padres, el secuestro, la violencia, el homicidio, la falta de misericordia para con el pobre, el huérfano y la viuda, y tantas cosas más, son cosa de todos los días en absolutamente TODOS los países del mundo. Por eso esta calamidad no ha perdonado ni un rincón de la tierra.
Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres. – Aún no sabemos con certidumbre en cuanta destrucción y desolación vaya a parar esto.
Tenga Dios misericordia y no permita que esto ocurra ahora. Es mi humilde entendimiento personal, que la Palabra Santa de Dios nos dice que esto ocurrirá de manera mucho más desastrosa en un futuro cercano.
Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón. Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa. No beberán vino con cantar; la sidra les será amarga a los que la bebieren. – Todos los restaurantes los cines, las discotecas, los bares, los parques de diversión, las playas, los resorts, las piscinas, los malls, los hoteles, y hasta las iglesias, todos se han cerrado en prácticamente toda la tierra. No hay diversión, no hay fiestas, ni siquiera se escucha a los niños jugando en las calles.
Quebrantada está la ciudad por la vanidad; . . . – Cada ciudad está quebrantada, la economía se derrumba cada día más en toda ciudad y pueblo. Y nuevamente Dios nos dice la razón: la vanidad, los caminos fatuos y perversos del hombre.
. . . toda casa se ha cerrado, para que no entre nadie. –Es extraordinario como todos escuchamos reportes iguales de nuestros familiares y amigos en todos los continentes. Así como nosotros hoy, en el país más avanzado y poderoso de la tierra, todo el mundo está encerrado en sus casas. Todos estamos aislados en casa, temerosos hasta de familiares y amigos que nos puedan visitar.
Hay clamores por falta de vino en las calles; todo gozo se oscureció, se desterró la alegría de la tierra. – No hay nada que hacer en la calle. Todo está desierto. Las tiendas cerradas, o casi vacías. No hay gozo, no hay alegría, no hay reuniones ni fiestas.
La ciudad quedó desolada, y con ruina fue derribada la puerta. Porque así será en medio de la tierra, en medio de los pueblos, como olivo sacudido, como rebuscos después de la vendimia. – Isaías 24:1-13
Mis queridos hermanos, aunque es claro que gran medida esta profecía se está cumpliendo hoy, la realidad es que no en su totalidad. Aún no. Las ciudades que se presentan como desoladas y derribadas, aún están en pie. Y aunque la gente está aterrorizada, encerrada en sus casas, al menos están vivas, tienen comida, pueden ver televisión, hablar por teléfono, ordenar comida, comprar por internet y muchos privilegios más. Y lo cierto es que aún entre los que han sido contagiados por el coronavirus, la gran mayoría lo sobrevivirán.
Esta visión profética de Isaías aún está reservada para el futuro, por cierto no muy lejano, donde veremos un cumplimiento mucho más devastador de esta visión. Y lo veremos ocurrir en nuestros días.
Como adventistas conocedores de la profecía, sabemos que Dios nos ha encomendado la santa tarea de terminar la predicación del Evangelo. Esto no puede hacerse en medio de esta crisis de aislamiento social. Es por eso que sabemos que tan pronto este coronavirus termine de hacer todo lo que el Señor desea que haga, será erradicado, y nos será dada otra oportunidad para hacer nuestra tarea. ¡Preparémonos ahora para hacerla!
El mundo no entiende lo que está sucediendo. Sin embargo, muchos están aterrados, la mayoría angustiados, y los que menos, muy preocupados.
Pero dentro del pueblo de Dios, estamos expectantes, confiados en nuestro Padre celestial, y ojalá, en profunda reflexión.
Gloria a Dios por este momento sin precedente en la historia del mundo. Dios utiliza esta situación como una lluvia de infinidad de bendiciones, tanto personales como colectivas como iglesia.
Entre muchos incrédulos están despertando a buscar respuestas en la Palabra de Dios.
Entre nosotros como adventistas, esta es nuestra oportunidad de acercarnos a Dios en íntima comunión, oración privada y estudio de la Biblia, y así prepararnos para hacer lo que no hemos hecho en tiempos de quietud: - Salir a advertir al mundo que esto se repetirá pronto, pero con mucha mayor severidad y destruyendo mucho más de lo que estamos viendo hasta ahora.
Mientras tanto el Señor hoy nos dice, como nos repetirá en el futuro: “Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.” – Isaías 26:20, 21
Mis queridos hermanos Cristo viene pronto para llevarnos a nuestra patria celestial y darnos el tan anhelado regalo de la vida eterna.
ALGUNOS MENSAJES MUY RELEVANTES DE LA MENSAJERA DEL SEÑOR CON RELACIÓN A ESTOS ACONTECIMIENTOS:
¿Aguardaremos a que las profecías del fin se cumplan antes de hablar de ellas? ¿De qué servirían entonces nuestras palabras? ¿Esperaremos hasta que los juicios de Dios caigan sobre el pecador para decirle cómo evitarlos? ¿Dónde está nuestra fe en la Palabra de Dios? ¿Debemos ver realizadas las cosas anunciadas para creer en lo que él nos ha dicho? En claros y distintos rayos, nos ha llegado la luz, enseñándonos que el gran día está cercano “a las puertas”. Leamos y comprendamos antes que sea demasiado tarde. - Joyas de los Testimonios tomo 3, pág. 289; Consejos para la Iglesia, Cap. 8, pág. 115
Mi corazón está oprimido porque un número tan grande de los que podrían trabajar no hacen nada. Son juguetes de las tentaciones de Satanás. Cada miembro de la iglesia debe trabajar mientras dura el día; porque viene la noche cuando nadie puede trabajar. Muy pronto sabremos lo que es la noche. El Espíritu de Dios, contristado, se retira de la tierra. Las naciones están airadas unas contra otras. Se hacen inmensos preparativos para la guerra. La noche se acerca. Levántese la iglesia para cumplir la tarea que le ha sido asignada. Todo creyente, cualquiera que sea el grado de su instrucción, puede llevar el mensaje. La eternidad se extiende ante nosotros. El telón está por levantarse. ¿Qué estamos pensando al aferrarnos egoístamente a nuestra comodidad mientras que en derredor nuestro hay almas que perecen? Están nuestros corazones completamente endurecidos? ¿No podemos ver y comprender que nos incumbe hacer una obra en favor de nuestros semejantes? Hermanos y hermanas, ¿sois de aquellos que teniendo ojos no ven y teniendo oídos no oyen? ¿Será en vano que Dios os haya revelado su voluntad? ¿Será en vano que os haya dirigido amonestación tras amonestación con respecto a la proximidad del fin? ¿Creéis las declaraciones de su Palabra tocante a las cosas que han de sobrevenir al mundo? ¿Creéis que los juicios de Dios están suspendidos sobre los habitantes de la tierra? En caso afirmativo, ¿cómo podéis quedar tranquilos, ociosos e indiferentes? - Joyas de los Testimonios, tomo 3, págs. 294, 295
Hay muchas personas que no comprenden las profecías que se refieren a estos días, y por lo tanto deben ser ilustradas. Es el deber de los centinelas y los laicos dar a la trompeta un sonido certero - Eventos de los Ultimos Días, pág. 16
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Si estás seriamente interesado en saber más acerca del extraordinario
mensaje de Jesús en la Biblia, llama sin ningún compromiso al
(832) 855-4494. Esta llamada puede cambiar tu vida y tu futuro.
Bendiciones,
Martin
La Biblia Eterna |
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